miércoles, 10 de febrero de 2010

A VUELTAS CON LA SGAE

Ayer fui a comer una laconada, comida tradicional gallega por estas fechas de carnaval, con los compañeros de trabajo, también típico, y antes de empezar a comer ya nos dijo la camarera, o la dueña, no sabría decir, que no podíamos cantar al final de la comida, también tradicional en las comidas, por culpa de la SGAE, porque no se fiaba de nadie, y es que ya tenía que pagar más de 100€ por tener una televisión en el local; eso sí, si cantábamos nos hacíamos responsables nosotros. Al final no hubo cánticos.
Y digo yo por decir algo, ¿no nos estaremos volviendo un poco gili…. con esto de la SGAE?
Esta sociedad existe desde hace muchos años, pero cuando lo único que se podía copiar era alguna cinta de casette o algún vídeo, parecía como si no existieran, aunque si te pillaban te metían un buen palo.
Pero ¿qué pasa hoy en día?
Debido a las ganas que tienen algunos artistas de hacerse millonarios con un solo disco o canción, venden a precios desorbitados sus productos y eso no lo admite el mercado, y por eso a través de la red, se comparte la música o las películas.
No es que esté a favor de la piratería, pero sociedades como la SGAE la promueven, porque si no ¿de qué iban ellos a vivir?, si ya te cobran un canon por todo, y hasta dos o más veces por lo mismo, la radio por ejemplo, que paga por poner la música y los demás pagamos por poder escucharla (canon a los reproductores), los bares o negocios por ponerla, incluso ya no se pueden hacer obras de teatro en los colegios sin que vengan los recaudadores a meter la mano, o cantar en las bodas con la tuna, o ni siquiera dar un concierto benéfico sin que éstos saquen tajada.
A esta gente todo esto le tiene que explotar en la mano, y quizás habría que darle un escarmiento para que se den cuenta que no somos del todo idiotas, y promover que al igual que se organiza un apagón general para protestar contra las eléctricas o no comprar en un tipo de gasolineras contra las petroleras, tendríamos que dejar de irle a los conciertos un año, y cuando vean que la caja disminuye rápidamente se lo pensarán.
La propiedad intelectual sí, pero con cautela, no vaya a ser que tengan que pagar ellos para que alguien quiera disfrutarla.