viernes, 25 de junio de 2010

¡QUE TIEMPOS AQUELLOS!

Dice la canción de Alberto Cortez "Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo", y aunque tiene mucho de verdad esta afirmación, a mi siempre me viene a la cabeza la que decía mi amigo Paco Lago: "Desembarcado, olvidado y repudiado".

Esto lo decía siempre a alguien que se iba, haciendo alusión que en menos que canta un gallo, pasabas a ser parte de la historia olvidada del sitio en cuestión.

Hace unos días estuve hablando con un amigo de mis tiempos en la universidad laboral de Cheste en Valencia , y hoy recibo con tremenda alegría un correo de un antiguo compañero de entonces pidiéndome que escriba algo de aquellos tiempos. ¿Casualidad?. Creo que Paco se equivoca, porque han pasado cuarenta años y todavía hay alguien que se acuerda.

Yo, para mi desgracia, aunque tengo recuerdos de aquellos años, mi mala memoria (sobre todo para los nombres) no da para mucho.

Recuerdo como nos organizabamos para dirigir el tráfico con nuestros cascos blancos y nuestras manoplas, recuerdo el majestuoso paraninfo que llenaba todo, era el emblema, el cine mas grande de España y el cuarto mas grande de Europa en aquellos tiempos. Aquellos guardas que vigilaban el recinto, con su cinto al hombro, y es que eramos muchos (el primer año casi dos mil quinientos) y con edades muy pequeñas (de once a quince años). Los colegios con nombres de animales, árboles, plantas y peces. Creo recordar que yo pasé por el Buho y el Olmo, seguro que por alguno más, ¡pero de eso hace tanto tiempo!.

Otro grato recuerdo son las excursiones que hacíamos, Cullera, Valencia, Sagunto, Salou, y seguro que muchos más que no recuerdo. Aquellos viajes interminables cuando ibamos desde Zamora o regresábamos a casa de vacaciones. El día que murió Nino Bravo pasamos por Madrid.

De la comida, recuerdo que no era muy buena, y no es que yo fuera un exquisito, todo lo contrario, porque en casa de mi padre se comía lo que había y no siempre variado, pero reconozco ahora que cocinar para tanta gente no es fácil. Pero había una crema creo que era de champiñones, que nunca fui capaz de comer.

Recuerdo algunos compañeros, pero no sus nombres, de uno en particular que echaron porque con otros pusieron un tronco atravesado en la carretera. De otro que pillaron robando el el Corte Ingles en una excursión. De uno de Chirivella que le pusieron una especie de arnes para que no se doblara, o de los dos hermanos mellizos, que uno dormía en mi mismo módulo.

Me acuerdo de que cuando apagaban las luces de los pasillos nos dejaban un tiempo para leer en la cama y nos ponían música. Siempre recordaré la de "Seal with a kiss" de Bobby Vinton. Algunas veces como castigo un tutor en particular nos mandaba a leer un libro a su habitación en voz alta.

Son muchas cosas que la memoria poco a poco va dando forma. Seguro que en algún momento recuerdo mas cosas y os las cuento.

martes, 22 de junio de 2010

CELEBRANDO EL CORPUS

Hace un par de fines de semana que en mi pueblo se celebró el Corpus Cristi. Fue una cosa curiosa porque se celebró después de la fiesta del Corazón de Jesús, cosas de curas y es que como están tan escasos, el que toca a mi pueblo tiene que compartirse con otros tres y claro a todos no le puede tocar el día.


El caso es que como mi padre era el mayordomo del evento, tenía ilusión en reunir a la mayor parte de la familia, porque según sus palabras es el último año que será mayordomo, porque dice que como la próxima le toca dentro de 15 años y ya tiene 85 que lo más seguro es que ya no esté entre nosotros.
¡Ojalá pueda volver a celebrarlo! y nosotros con él.

En algunos sitios hacen unas alfombras florales muy bonitas, pero aquí como no hay muchas ponemos por el suelo lavanda silvestre, que huele como debe de oler, a campo, y después los mayordomos se reunen a celebrarlo con avellanas y limonada, además de pasteles, pastas, ....etc.

El caso es que comimos las avellanas tradicionales (tres puñados por persona), bebimos limonada, hicimos comida familiar, nos reunimos todos los que pudimos y lo pasamos bien.

Ahí me tenéis partiendo unas pocas y es que no teníamos martillo para todos, y también estoy tirando unos cohetes. Había que celebrarlo por todo lo alto que la ocasión lo merecía.