sábado, 27 de febrero de 2010

GENIO


En Brasil, Millor Fernandes (humorista, dramaturgo y escritor) lanzó un desafío público con la siguiente pregunta:
- ¿Cuál es la diferencia entre político y ladrón?
Le llamó mucho la atención la respuesta de un lector (Fabio Viltrakis):
-"Estimado Millor, después de una larga búsqueda llegué a esta conclusión: La diferencia entre un político y un ladrón es que el primero lo elijo yo, y el segundo me elige a mi. ¿Estoy en lo cierto?"
Esta fue la réplica de Millor:
-"Apreciado señor, usted es un genio ... Es el único que logró encontrar una diferencia
Espero que no se ofendan ni los politicos ni los ladrones. Claro, en el sentido mas peyorativo como diría Rosa Diez

viernes, 26 de febrero de 2010

FRASE

"Me gusta tu Cristo... No me gustan tus Cristianos. Tus cristianos son tan diferentes a tu Cristo. Estoy seguro de que si él viviera ahora entre los hombres, bendeciría la vida de muchos que quizás jamás han oído siquiera su nombre"


Mahatma Gandhi


Él si sabía entender el mensaje, quizá mejor que los mensajeros.

jueves, 25 de febrero de 2010

UN POCO DE HUMOR

'El PUTO PERRO'

Un carnicero estaba apunto de cerrar su negocio cuando vio entrar un perro. Trató de espantarlo, pero el perro volvió.

Nuevamente intentó espantarlo, pero entonces se dio cuenta que el animal traía un sobre en el hocico.

Curioso el carnicero abrió el sobre y en su interior encontró un billete de 50 euros y una nota que decía: "¿Podría mandarme con el perro 1kg de carne picada de ternera y 1/2kg de pierna de cerdo?"

Asombrado, el carnicero tomó el dinero, colocó la carne picada y la pierna de cerdo en una bolsa y puso la bolsa junto al perro, pero olvidó darle el cambio al perro.

El perro empezó a gruñir y a mostrarle los colmillos.

Al darse cuenta de su error, el carnicero puso el cambio del billete en la bolsa; el perro se calmó, cogió la bolsa con el hocico y salió del establecimiento.

El carnicero, impresionado, decidió seguir al cánido y cerró a toda prisa su negocio.
El animal bajó por la calle hasta el primer semáforo, donde se sentó en la acera y aguardó para poder cruzar.

Luego atravesó la calle y camino hasta una parada de autobús, con el carnicero siguiéndole de cerca. En la parada cuando vio que era el autobús correcto, subió seguido por el carnicero.

El carnicero, boquiabierto, observó que el can erguido sobre las patas traseras, tocó el timbre para descender, siempre con la bolsa en el hocico.

Perro y carnicero caminaron por la calle hasta que el animal se detuvo en una casa, donde puso las compras junto a la puerta y, retirándose un poco, se lanzó contra esta, golpeándola fuerte. Repitió la acción varias veces, pero nadie respondió en la casa.

En el colmo del asombro, el carnicero vio al perro tomar la bolsa con el hocico, rodear la casa, saltar una cerca y dirigirse a una ventana. Una vez allí, tocó con las patas en el vidrio varias veces, sin soltar la bolsa; luego regreso a la puerta.

En ese momento, un hombre abrió la puerta... y comenzó a golpear al perro. El carnicero corrió hasta el hombre para impedirlo, diciéndole: "¡¡Por Dios, amigo!!, ¿Qué es lo que está haciendo?. ¡Su perro es un genio!..... ¡Es único!"

El hombre, evidentemente molesto, respondió: "¡¡Qué genio ni qué coño!! Esta es la segunda vez en esta semana que al muy cabrón se le olvidan las llaves.... ¡¡y yo en el puto baño!!."

MORALEJA:

Por más que te esfuerces y cumplas más allá de tu deber en el trabajo, a los ojos de un jefe siempre estarás por debajo de lo que él quiere.

"No te tomes tan en serio la vida...
¡¡Al fin y al cabo no saldrás vivo de ella!!"

lunes, 22 de febrero de 2010

GILIPOLLAS

Etimología de la palabra Gilipollas
En el DRAE: GILIPOLLAS:: 1. adj. vulg. gili, tonto, lelo. Ú. t. c. s.

Esta es la otra historia

En Madrid hay una calle llamada de Gil Imón, haciendo de travesaño entre el Paseo Imperial y la Ronda de Segovia, para más señas. Es una calle dedicada al que fue alcalde de la capital, D. Gil Imón, por los tiempos de doña Mariquita, cuando el duque de Osuna organizaba sus célebres bailes, a los que acudía la crema social, para poner en el escaparate familiar a lindas damitas de la buena sociedad, como oferta casadera, las cuales acudían ataviadas con su miriñaque de fino muaré. A las damitas de entonces se les aplicaba el apelativo de "pollas", que en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) llevan, como sexta acepción, figurada y familiarmente, el significado de jovencitas, algo que hoy se ignora, por amor del lenguaje, que en la actualidad se ha vuelto recio y tosco: la polla de entonces es la "tía" de ahora y las mentes malévolas sustituyen el significado antiguo por otro de morbosas connotaciones.
El tal Don Gil era un personaje de relieve (la prueba está en que tiene dedicada una calle) y su nombre aparecía frecuentemente en los ecos de sociedad de las revistas del corazón de la época. El hombre, después de atender a los acuciantes problemas que su cargo de alcalde comportaba, se sentía obligado a responsabilizarse de sus deberes familiares, como buen padre. Tenía dos hijas en edad de merecer, feotillas ellas, no muy sobradas de gracejo, y hasta un tantico tontuelas. Y se hacía acompañar por ellas a todos aquellos sitios a los que, invitado como primera autoridad municipal, tenía que acudir. Él, en su fuero interno, acudía no como primera autoridad municipal, sino como primera autoridad familiar. Tras la imponencia de unos bigotes municipales, se ocultaba un corazón de padre.
-¿Ha llegado ya D. Gil?
-Sí, ya ha llegado D. Gil y, como siempre, viene acompañado de sus pollas.
D. Gil departía animadamente con los próceres de la actualidad, y, mientras tanto, sus pollitas iban a ocupar algún asiento que descubrieran desocupado, a esperar a que algún pollo (en masculino (solía aderezarse con pera:"pollo-pera") se les acercase, cosa siempre poco probable. Pocas veces había alguien que les dijera "hazte p'allá". La situación, una y otra vez repetida, dio lugar a la asociación mental de tontuelidad con D. Gil y sus pollas.
Al tonto, a secas, podía llamársele: bambarria, menguado, zampatortas, chirrichote, rudo, zamacuco, papanatas, tolondro, ciruelo, zote, mamacallos, mameluco, majadero, zopenco, mastuerzo, borrico, tonto, necio, obtuso, imbécil, mentecato, idiota, torpe, lelo (Sinónimos del Diccionario Ideológico de Casares). Pero ¿cómo describir esa circunstancia tan compleja de tontuelidad inconsciente? Decía alguien que el que es tonto y lo sabe no es tonto del tó. Los imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieron fácil: para expresar la idea de tontuelo, tontaina, tontucio, tontuelidad integral e inconsciente (lo de con malicia o sin malicia es otra cuestión; con el tiempo, habrá de todo) ¡Ya está!: Gil (D.Gil)-y-pollas (las dos jovencitas hijas suyas) = gil-i-pollas. Y cundió la especie por "el todo Madrid", que compuso esta palabra especial, castiza, nacida en la Capital del Reino y, puesta en circulación con el marchamo del Oso y el Madroño, siendo después exportada al resto de España, y ganándose a pulso el derecho de entrar en la Real Academia Española.

Cualquiera lo diría