jueves, 11 de marzo de 2010

R.I.P.


Esta esquela fué publicada por el diario ABC de Sevilla el sábado pasado dia 6 de marzo.

Desde luego no le falta humor. Es que estos andaluces lo viven, .....aunque sea en los funerales.

miércoles, 10 de marzo de 2010

EL TELEFONO

Hoy hace 134 años que se trasmitió el primer mensaje de voz por cable usando lo que conocemos hoy por el teléfono.

El teléfono es un artilugio que ha demandado muchas páginas acerca de quién fue su descubridor. Durante mucho tiempo Alexander Graham Bell fue considerado el inventor del teléfono, junto con Elisha Gray. Sin embargo Bell no fue el inventor de este aparato, sino solamente el primero en patentarlo. Esto ocurrió en 1876. El 11 de junio de 2002 el Congreso de Estados Unidos aprobó la resolución 269, por la que se reconocía que el inventor del teléfono había sido Antonio Meucci, que lo llamó teletrófono, y no Alexander Graham Bell.

Alrededor del año 1857 Antonio Meucci un inmigrante originario de Florencia y de escasos recursos económicos había descubierto que la transformación de las vibraciones sonoras en impulsos eléctricos permitía transmitir la voz a distancia a través de un cable y construyó un teléfono para conectar su oficina con su dormitorio, ubicado en el segundo piso, debido al reumatismo de su esposa y depositó en 1871 en Nueva York una demanda de patente de su invento, el "teletrófono".

Este documento no lo renovó dos años después al carecer de los diez dólares necesarios para ello. En 1874 decidió presentar su prototipo a la poderosa compañía de telégrafos Western Union, que en principio no pareció muy interesada, llegando a afirmar que había perdido el dossier ante las insistentes demandas de una respuesta por parte del italiano.

Dos años más tarde, Meucci leía con estupor los titulares de la prensa que celebraban la "invención" del teléfono por el investigador de origen escocés Graham Bell, patrocinado por la Western Union.

En ese momento inició una larga batalla legal con la poderosa compañía y aunque en 1887 un tribunal de Nueva York le dio la razón, no pudo reclamar parte de los beneficios económicos del invento ya que su demanda de patente había caducado muchos años antes. Meucci falleció pobre y amargado en 1889.

¡Qué cosas pasan! Hoy no sabríamos vivir sin el susodicho aparatito

domingo, 7 de marzo de 2010

EL CONTADOR DE HISTORIAS

"Escuchad. Dejad que os guíe en un viaje hacia los confines de la imaginación. Dejad que os cuente una historia…"

Así empieza esta historia del último libro que he leído y que nos muestra verdaderamente hasta donde puede viajar nuestra imaginación.

Osama -protagonista y narrador- regresa desde Estados Unidos a su Beirut natal, donde su padre un hakawati (es lo que en occidente conocemos como Cuentacuentos, hombres que cuentan historias en bares y mercados. Algunas de esas historias podían durar meses enteros e incluso entre ellos disputaban la mejor versión de una misma historia) o cuentacuentos profesional se encuentra gravemente enfermo. A través de éste joven conoceremos su infancia, la guerra contra Israel, y sobre todo la relación entre abuelo, padre y nieto. Conoceremos a su “extraña” familia, cuyos miembros nos harán y reflexionar sobre las relaciones humanas. Historias se van mezclando con cuentos tradicionales y leyendas que le deben mucho a Homero y Ovidio, a “Las Mil y Una Noches”, “El Antiguo Testamento” y “El Corán”, como el propio autor reconoce en las “Notas y Agradecimientos” que cierran el volumen, y que han ido pasando a través de generaciones de manera oral. Princesas, duendes, monstruos, alfombras voladoras, palomas mensajeras, espadas mágicas y tesoros ocultos se mezclan con conflictos bélicos, política y exilio.

El autor Rabih Alameddine nació en Jordania en 1959. Residió en Kuwait y el Reino Unido y en 1976 fue a vivir a Estados Unidos. Allí se graduó en ingeniería. Durante una época de su vida se dedicó a la pintura hasta que descubrió en la literatura su verdadera vocación.

Libro interesante entretenido y fácil de leer, aunque la mezcla de historias en el tiempo puede llevar muchas veces a confusiones. Recomendado.