Así empieza esta historia del último libro que he leído y que nos muestra verdaderamente hasta donde puede viajar nuestra imaginación.
Osama -protagonista y narrador- regresa desde Estados Unidos a su Beirut natal, donde su padre un hakawati (es lo que en occidente conocemos como Cuentacuentos, hombres que cuentan historias en bares y mercados. Algunas de esas historias podían durar meses enteros e incluso entre ellos disputaban la mejor versión de una misma historia) o cuentacuentos profesional se encuentra gravemente enfermo. A través de éste joven conoceremos su infancia, la guerra contra Israel, y sobre todo la relación entre abuelo, padre y nieto. Conoceremos a su “extraña” familia, cuyos miembros nos harán y reflexionar sobre las relaciones humanas. Historias se van mezclando con cuentos tradicionales y leyendas que le deben mucho a Homero y Ovidio, a “Las Mil y Una Noches”, “El Antiguo Testamento” y “El Corán”, como el propio autor reconoce en las “Notas y Agradecimientos” que cierran el volumen, y que han ido pasando a través de generaciones de manera oral. Princesas, duendes, monstruos, alfombras voladoras, palomas mensajeras, espadas mágicas y tesoros ocultos se mezclan con conflictos bélicos, política y exilio.
El autor Rabih Alameddine nació en Jordania en 1959. Residió en Kuwait y el Reino Unido y en 1976 fue a vivir a Estados Unidos. Allí se graduó en ingeniería. Durante una época de su vida se dedicó a la pintura hasta que descubrió en la literatura su verdadera vocación.
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