miércoles, 27 de mayo de 2009

¿CÓMO NACE UN PARADIGMA?

Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.
Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban y lo bajaban a golpes.
Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos.
La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato.
Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.
Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:"No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así..."

¿Te suena conocido ?
En la mili, ocurrió con lo del "banco pintado". Y no hicieron falta monos ni nada...
"Es más fácil romper un átomo que un prejuicio" – Albert Einstein

lunes, 25 de mayo de 2009

OTROS HOLOCAUSTOS

Hoy me ha llegado algo que no tiene desperdicio. No necesita comentarios y pertenece al Arzobispo de Tánger Monseñor Agrelo.
"Hace setenta años comenzaba a correr en Europa la sangre humana del Holocausto nazi de los judíos.
Un pueblo tuvo entonces en sus manos la capacidad de quitar a sus líderes endiosados los resortes del poder. Y no lo hizo. Sus brazos señalando hacia la gloria, sus «Heil» resonando como truenos, lo hicieron cómplice de opciones que causaron millones de muertos, dejaron la tierra devastada, y llevaron a dimensiones tan monstruosas el sufrimiento que agrietaron incluso los cimientos de la fe.
Hoy corre por el mundo sangre humana de otros sacrificios. Hay nuevos dioses en las tribunas, y vieja complicidad en los devotos.
Los horizontes son siempre de gloria, de progreso, de grandeza, de felicidad para el pueblo de los elegidos. Mientras tanto, la muerte recoge en campos invisibles de exterminio su cosecha de desechos. Cada día, el sistema de los elegidos mata de hambre a 25.000 niños. Cada día 200.000 personas se agregan a la muchedumbre de los que en el mundo padecen hambre crónica. Cada día el aborto profana a millares los santuarios de la vida. Cada día… droga… armas… explotación laboral… explotación sexual… Para hablar de nuevos Holocaustos, sólo falta que el fuego devore la memoria de las víctimas. Y eso, mejor que el fuego, ¡lo hace la propaganda!
Los pueblos tienen en sus manos la capacidad de oponerse a la antihumanidad; aunque todo hace temer que no lo harán. Si así fuese, si hoy callamos, otros recordarán mañana con horror y vergüenza nuestra complicidad aturdida con los dioses de la frivolidad y de la muerte."
Nos hacen falta muchos Agrelo en las tribunas de los dioses que nos abran los ojos y nos limpien los oidos que nos impiden ver y oir los gritos de silencio de los campos de exterminio.