El caso es que como mi padre era el mayordomo del evento, tenía ilusión en reunir a la mayor parte de la familia, porque según sus palabras es el último año que será mayordomo, porque dice que como la próxima le toca dentro de 15 años y ya tiene 85 que lo más seguro es que ya no esté entre nosotros.
¡Ojalá pueda volver a celebrarlo! y nosotros con él.
En algunos sitios hacen unas alfombras florales muy bonitas, pero aquí como no hay muchas ponemos por el suelo lavanda silvestre, que huele como debe de oler, a campo, y después los mayordomos se reunen a celebrarlo con avellanas y limonada, además de pasteles, pastas, ....etc.
El caso es que comimos las avellanas tradicionales (tres puñados por persona), bebimos limonada, hicimos comida familiar, nos reunimos todos los que pudimos y lo pasamos bien.
Ahí me tenéis partiendo unas pocas y es que no teníamos martillo para todos, y también estoy tirando unos cohetes. Había que celebrarlo por todo lo alto que la ocasión lo merecía.
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