Arturo Pérez-Reverte se sumerge
en el turbulento siglo XI para narrar el destierro del Cid Campeador en
‘Sidi’. Una novela histórica ambientada en la frontera del Duero, que tiene
todos los ingredientes del libro de aventuras.
El Cid del destierro es un Cid
que está empezando la aventura. Luego será leyenda viva. Pero esos primeros
seis meses del exilio cuando sale con su pequeña tropa y empieza a buscarse la
vida es donde se centra esta historia. El Cid duerme donde duermen sus hombres,
se expone en la batalla como ellos, come lo que ellos, sabe sus nombres…
«No eran malos hombres, concluyó.
Ni tampoco ajenos a la compasión. Era gente dura en un mundo duro. Guerreros
que mataban y morían para ganarse el pan».
«El arte del mando era tratar con
la naturaleza humana, y él había dedicado su vida a aprenderlo. Colgó la espada
del arzón, palmeó el cuello cálido del animal y echó un vistazo alrededor:
sonidos metálicos, resollar de monturas, conversaciones en voz baja. Aquellos
hombres olían a estiércol de caballo, cuero, aceite de armas, sudor y humo de
leña.»
«Rudos en las formas,
extraordinariamente complejos en instintos e intuiciones, eran guerreros y
nunca habían pretendido ser otra cosa. Resignados ante el azar, fatalistas
sobre la vida y la muerte, obedecían de modo natural sin que la imaginación les
jugara malas pasadas. Rostros curtidos de viento, frío y sol, arrugas en torno
a los ojos incluso entre los más jóvenes, manos encallecidas de empuñar armas y
pelear. Jinetes que se persignaban antes de entrar en combate y vendían su vida
o muerte por ganarse el pan. Profesionales de la frontera, sabían luchar con
crueldad y morir con sencillez.»
Un libro apasionante que, además
de un viaje por la historia de España, es todo un manual de liderazgo
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